Escuela digital: la nueva realidad

Gracias a la tecnología, la educación no se detuvo durante el confinamiento.

La pandemia puso de cabeza a todo mundo. No hubo una sola industria que no tuvieran un impacto a raíz del confinamiento. Con impacto no me refiero únicamente a consecuencias negativas. Admirablemente, hubo quien supo aprovechar la situación y capitalizó la oportunidad.

Lamentablemente, la educación no corrió con la misma fortuna y sus consecuencias fueron, por decir lo menos, catastróficas. Desde hacía algunos años, sobre todo en países desarrollados, había una tendencia hacia la transformación de la educación. Algunos optaron por la incorporación de tecnología como herramientas de apoyo para transmitir el conocimiento. Otros, sin embargo, fueron más lejos. Finlandia, por ejemplo, lleva una ventaja considerable. Los cambios fundamentales de su sistema educativo actual datan de la década de los 60. Según el informe PISA, Finlandia cuenta con el mejor sistema educativo de occidente. La incorporación de herramientas digitales forman parte de esta evolución, incluso desde mucho antes de la pandemia. Aunque, para ser justos, no es la base del éxito de su modelo sino otras reformas de fondo. No por eso pierde relevancia el uso de tecnología.

En contraste, en México, a unas semanas de regresar a clases presenciales, el rezago educativo y la falta de claridad sobre si será posible este retorno de forma "normal", pese a las medidas cautelares; el año de pandemia que transcurrió prácticamente fue perdido. Me refiero al progreso educativo. No hay manera de recuperarlo y, con la latente posibilidad de un nuevo confinamiento, debido a lo agresivo del virus que lo propició; después de 1 año no se logró consolidar una estrategia digital que asentara las bases para un sistema híbrido permanente. Por lo tanto, en el caso de que nuevamente se prohibiera asistir a las aulas, tal parece que la experiencia de todo un año con clases en línea improvisadas, no habrá servido de nada porque ninguna institución se preocupó por explorar y optimizar el modelo para implementarlo de forma permanente. Me atrevo a decir que la gran mayoría de las instituciones está pensando en regresar a clases presenciales, al sistema tradicional, para olvidarse del reto que representó la migración digital y hacer de cuenta que no pasó nada. Es obvio que los resultados no fueron los esperados porque no hubo capacitación ni planeación adecuada, por falta de tiempo. Sin embargo, el esfuerzo se hizo y es loable. Aun así, no se pueden permitir ignorar la experiencia y el aprendizaje que dejó. Desechar ese conocimiento es dar un retroceso que pondrá en peligro todo el sistema educativo y propiciará un incremento al rezago.

Es un hecho que las instituciones educativas deben seguir fortaleciendo su estrategia digital y, a su vez, evolucionar su modelo educativo, mismo que deberá garantizar la demanda de conocimiento con métodos actualizados. La oferta educativa no tradicional va en aumento, así como la accesibilidad y los recursos tecnológicos para adquirir conocimientos de valor, fuera de instituciones educativas tradicionales o escolarizadas.

La transformación va más allá de digitalizar la transmisión del conocimiento. La operación total de un centro educativo, así como su sistema administrativo también deberán estar a la vanguardia. Trámites, canales de comunicación, sistemas de evaluación, etc. Absolutamente todo debe estar actualizado y accesible para los usuarios. Tal es el desafío que, la vigencia de una institución dependerá, en gran medida, de su nivel de digitalización. Nunca más acertado el dicho de: renovarse o morir.

La digitalización, sobre todo en el sector educativo, llegó para quedarse. Si bien, las clases presenciales no desaparecerán, las clases virtuales serán parte del día a día y una tendencia que irán en crecimiento, hasta llegar al punto de ser la parte sustancial en todas las instituciones que su modelo de negocio tenga por premisa educar.

Tú, que ya eres digital. ¿Te gustaría vivir esa transformación digital de la educación o consideras que aún no estamos listos?

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